Resolver Conflictos

Cómo discutir sin ponerse nervioso

Elia Tabuenca
Por Elia Tabuenca. Actualizado: 16 enero 2017
Cómo discutir sin ponerse nervioso

¿Te cuesta controlar los nervios cuando tienes una pelea? Hay muchas personas que no saben gestionar las emociones cuando tienen una confrontación y, por tanto, terminan con un estado de estrés muy elevado en el momento en el que intercambian opiniones o están en desacuerdo con algo que está sucediendo. Entonces, es posible que sufran síntomas como sudores fríos, rojez del rostro, respiración acelerada y temblores, algo que puede estallar en gritos, insultos o actos violentos. En este artículo de unComo te descubrimos cómo discutir sin ponerse nervioso con una serie de consejos que te ayudarán a tener charlas más serias de forma civilizada.

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Pasos a seguir:
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Uno de los primeros consejos que te ayudarán a discutir sin ponerte nervioso es que, antes de hablar, respires profundamente contando hasta 10. Quizás te parezca una tontería pero ¡no lo es en absoluto! Cuando respiramos de esta forma motivamos que los glóbulos rojos transporten mejor el oxígeno al cerebro y, por tanto, podremos pensar con más claridad, al mismo tiempo que conseguimos reducir el estrés, pausar nuestras pulsaciones y relajarnos antes de contestar o involucrarnos en la discusión.

Así pues, cuando veas que empiezas a ponerte nervioso (sudas, se te acelera el pulso, sientes angustia en el estómago, etc.) sigue esta táctica: haz 10 inhalaciones y exhalaciones profundas para controlar tu estado de ánimo y evitar estallar dando un grito o profiriendo un insulto.

Cómo discutir sin ponerse nervioso - Paso 1
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Para poder discutir sin ponerse nervioso es importante que evites algo muy común que solemos hacer cuando nos enfadamos: culpabilizar al otro. Con esto, lo único que conseguirás es hacer crecer tu enfado y que la rueda de enojo se vaya haciendo más y más grande. Es recomendable que intentes calmarte, respirar hondo y pensar qué has podido hacer tú para que esa situación se genere y, así, aceptar tu parte de culpa para poder solventar esa situación.

Recuerda: dos no se pelean si uno no quiere, así que asume que tú también estás involucrado en la situación y evita posicionarte como una víctima. Haciendo este paso de madurez y racionalidad conseguirás que la persona con la que estés peleando se relaje y, por tanto, la situación esté más controlada.

Cómo discutir sin ponerse nervioso - Paso 2
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Si detectas que la conversación se está elevando en intensidad, lo mejor es que te marches un momento para airear el ambiente y reducir la tensión que se ha generado. Pero no te vayas dando un portazo ni enfadado porque, así, lo único que harás es aumentar el mal ambiente; dile a la persona con la que estás discutiendo que necesitas un descanso para aclarar tus ideas y que te vas a dar una vuelta.

Es importante que evites una situación violenta y, por ello, si sientes que no vas a poder controlar los nervios lo mejor es que hagas una pausa y te vayas a calmarte durante un rato paseando por tu barrio. Una recomendación: llévate una libreta o un folio para apuntar qué es lo que te ha molestado y cómo podéis solucionar el conflicto. Es una forma racional de poder volver a la discusión y encararla con una actitud resolutiva.

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Durante este paseo es importante que reflexiones en lo que está ocurriendo. Es normal que, al principio, no puedas controlar tu mente y el enfado o los nervios se apoderen de ti, por tanto, deja que este sentimiento se pase (se pasará a los 5 o 10 minutos) y, cuando estés más calmado saca tu libreta para pensar en lo que ha pasado. ¿Qué es lo que realmente te ha molestado? Contestar a esta pregunta, aunque parezca fácil, no lo es porque el ser humano tiende a engañarse a sí mismo; por tanto, date el tiempo que necesites para auto-analizarte y comprender qué es lo que realmente ha ocurrido, qué te ha herido y, así, podrás hablarlo tranquilamente.

Pero no te quedes solo en ti, una discusión es de dos y tendrás también que pensar en la relación que tenéis entre vosotros, por tanto, apunta también las posibles soluciones que encuentras al problema para, así, tener una actitud resolutiva y poder reprender la conversación con un objetivo mucho más positivo: solucionar la discusión y evita que vuelva a surgir.

Cómo discutir sin ponerse nervioso - Paso 4
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Ahora, para poder discutir sin ponerse nervioso es importantísimo que dejes hablar al otro y, sobre todo, que le escuches. Volvemos a recordarte que una discusión es cosa de dos y, por mucho que te pongas muy nervioso, no debes olvidar de que todos tenemos algo de razón y todos nos equivocamos, por tanto, escucha, escucha atentamente y entiende sus argumentos. Por mucho que creas que tienes la razón universal, es posible que la otra persona tenga otra perspectiva y es importante que la valores para poder entender su punto de vista y sus sentimientos. Ser empático y comprensivo es esencial para aprender a discutir.

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Durante una discusión todo el mundo puede equivocarse y, en un momento de tensión, se pueden llegar a decir cosas que realmente son dolorosas. Si esta es la situación en la que te encuentras, lo mejor es que te vayas un momento de la estancia y le digas que vuelves en 5 minutos, que piense bien lo que acaba de decir y que, pasado este tiempo, volverás a reunirte con él para que te aclare por qué ha querido hacerte daño o qué quería decir con ese comentario ofensivo.

Responder a este tipo de ataques es algo que debemos evitar al máximo pues lo único que comportará es una bronca mucho más descontrolada y difícil de solventar. Por tanto intenta mantener la mente fría y, por mucho que te duela o que quieras responderle, vete de ahí para que sea consciente de lo que acaba de decir.

Esta situación suele ocurrir en el mundo de las parejas, por eso, en este artículo de unComo te damos algunos consejos para que aprendas a discutir con tu pareja sin perder el control.

Cómo discutir sin ponerse nervioso - Paso 6
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Y, por último, para poder controlar mejor los nervios es esencial que, después de intercambiar puntos de vista, de hablar y escuchar lleguéis a un punto final: la solución del conflicto. Para ello, los dos tendréis que negociar y ceder en algún aspecto pues, solo así, se podrá cerrar el tema y pasar página. Sobre todo, una vez aclarado el tema se tiene que evitar volver a sacarlo en cualquier discusión o encontronazo pues, sino, al final la historia se convertirá en tan grande y pesada que ya no sabréis gestionarla y esa relación quedará truncada para siempre.

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